ARTE Y FE

arte sacro

«El arte sacro es una denominación utilizada para todas aquellas

 producciones artísticas que tienen como fin un culto a lo sagrado o divino.

 El arte sacro no es simplemente la expresión de la dimensión religiosa

 de todo hombre, sino que está íntimamente conectado a la fe.

La fe es una virtud teologal porque es emanación de la gracia santificante,

 teniendo a Dios como objeto directo y como motivo.»

"El arte en la Iglesia católica se compone de todas las obras visuales creadas con la intención de ilustrar, suplementar y retratar en forma tangible las enseñanzas de esta religión. Esto incluye esculturas, pinturas, mosaicos, arte en metal, bordado y arquitectura."

Una de las disciplinas que supo adaptarse dentro del arte religioso es la ARQUITECTURA, lo cual es evidente gracias a las miles de edificaciones orientadas al culto sagrado que se encuentran en todo el mundo.

Otra de las áreas donde el arte cristiano marcó una enorme diferencia es, sin dudas, la PINTURA, la cual ha legados maravillosas creaciones pictóricas originadas en los diferentes períodos del arte sacro.

Numerosas tallas y ESCULTURAS fueron ideadas para profundizar el culto hacia lo divino y sagrado. En diversos materiales, es frecuente ver en las iglesias destacadas esculturas de santos que forman parte del patrimonio de los templos.

EL CULTO
A LO SAGRADO

BELLEZA DIVINA, CARÁCTER LITÚRGICO
E INSPIRACIÓN RELIGIOSA.

"El arte sacro refleja la maravillosa unión entre religión y arte, la cual simboliza de forma magistral el histórico culto por lo divino promovido por todo tipo de creencias."

El arte religioso ha acaparado la escena cultural siglos atrás, manifestándose en disciplinas como la arquitectura, pintura y escultura, donde hoy pueden verse interesantes obras de arte relacionadas con esta tendencia. La religión ha sido un tema considerado en distintas representaciones artísticas, a manera de ilustrar y fortalecer la fe en diversas creencias.

Son tres las principales características que definen este tipo de arte: La belleza divina, debe representar todas las obras del Arte Sacro. Carácter litúrgico, esencia principal de este tipo de arte. Inspiración religiosa, fundamental a la hora de crear las obras.

Desde la antigüedad, arte y religión han ido de la mano para representar momentos significativos del hombre. Desde la consolidación del dominio cristiano por parte de los romanos en el siglo IV, el arte tomó parte fundamental en la propagación del culto hacia Cristo. Con el cristianismo, el arte religioso nace como la expresión de las vivencias, creatividad e imaginación que se materializan en símbolos, más tarde en imágenes y son utilizados para infundir la fe del pueblo.

El románico fue un arte monástico. En la Edad Media, los puestos más importantes de la Iglesia se reservaban a los nobles. El románico, que fue un arte eclesiástico, reflejaba, por tanto, la mentalidad de los nobles feudales. Esto quiere decir que el románico fue un arte aristocrático.

Para el período del medioevo tardío, surge en Francia el arte gótico como estilo artístico religioso que comenzó a expandirse en todo el mundo. Se mantuvo con fuerza hasta la llegada del siglo XV, donde se vivió un período de transición que impactó enormemente al arte sacro.

Los artistas italianos del siglo XV emprendieron un ambicioso proyecto estético e intelectual que sustituyera el teocentrismo medieval por un antropocentrismo humanista. Las formas artísticas tomaron como referencia los textos, esculturas y edificios supervivientes de la cultura clásica grecorromana y el estudio e imitación (mimesis) de la naturaleza a través de la razón. Un ejemplo fue el descubrimiento y aplicación de las leyes de la perspectiva. Con mecenas dispuestos a encargar obras de arte por mero placer y por el prestigio que conferían, y con un naciente mercado de arte, los temas religiosos ya no eran los únicos posibles (incluso se utilizaron las mitologías paganas), aunque siguieron siendo abrumadoramente mayoritarios.

En el siglo XVII, en medio de disputas entre católicos y protestantes, surgió el barroco, originado en Italia como medio de promoción de la doctrina contrarreformista. Bajo el mecenazgo eclesiástico, se crearon múltiples obras de arte y se erigieron sendos monumentos para fortalecer el dominio católico.

La relevancia del arte cristiano fue notoria dentro del proceso de colonización por parte de los imperios que ocuparon el poder en el siglo XVI, siendo un buen ejemplo el arte colonial, promovido por España para la adoctrinamiento de forma visual de los indígenas evangelizados. De ese período, llamado barroco colonial, miles de pinturas sacras se reprodujeron en América.

De hecho, durante las colonias, en la educación, que estaba impregnada del dogma religioso, también eran aplicados artes y oficios con finalidad sacra, siendo un buen ejemplo de ello el bordado que se enseñaba a las jóvenes de la época, reflejándose en varias imágenes religiosas de santos en punto de cruz, práctica que siguió siendo constante en las instituciones regidas por órdenes y congregaciones.

Otro hito importante para la historia del arte sacro fue la invención de la imprenta, ya que a partir de ese acontecimiento, centenares de dibujos religiosos ilustraron las biblias reproducidas bajo este método, agregándose también el nacimiento de la litografía a color que vino a dar un giro a la difusión de tarjetas sagradas.

 

EL TRIUNFO DEL BARROCO

Procesiones de semana santa

Las procesiones de Semana Santa reúnen lo más característico de la religiosidad barroca, la teatralidad, manifestada en una intensa expresión de los sentimientos. Su principal elemento es el paso, un grupo de figuras colocadas sobre una plataforma que escenifican episodios de la Pasión, como si fuese un melodrama en su momento crucial. Realizado primero en materiales efímeros, que pronto se generalizaron en tallas en madera policromada, con postizos de cristal o marfil, encargadas por las cofradías a artistas de renombre.

La costumbre de procesional se extingue en el siglo XVIII ante el avance de la secularización, quedando relegada al olvido, hasta que en 1920 fue relanzada por la Iglesia.

Será en España donde más espectacularmente se desarrolle este tipo de escultura, desde donde se extenderá a toda América Central y del Sur. Tienen mucha importancia los pasos procesionales de Semana Santa y los retablos para las iglesias y catedrales, que cobrarán una importancia espectacular por su número, dimensiones y significación en el Barroco español.

MADERA DIVINA

imaginería española

«Si los escultores barrocos italianos utilizaron como material principal el mármol, en España abundaron las tallas de madera policromada que permite reforzar el realismo de las piezas.»

VALLADOLID Y SEVILLA

CASTILLA Y ANDALUCÍA

La imaginería barroca es una especialidad del arte de la escultura, dedicada a la representación plástica de temas religiosos, por lo común realista y con finalidad devocional, litúrgica y procesional. Los imagineros son escultores dedicados a la representación plástica de temas religiosos. La imaginería española es una elemento original dentro del conjunto de la escultura y el arte barroco.

Respecto a la temática encontramos escasas representaciones mitológicas o retratos cortesanos, sobretodo abunda los temas religiosos, tanto en retablos, como en la escultura exenta. La preponderancia de la religión se explica por la necesidades de la Iglesia de la Contrarreforma, cliente principal de los artistas; también fue muy importante la piedad popular, plasmada en las cofradías que encargan los pasos de Semana Santa.

La escultura religiosa de esa época, la imaginería policromada, ofrece una tendencia muy clara y general. Se desentiende de los anteriores acentos del renacimiento, para realizar pura y simplemente la calidad humana con acentos patéticos. Ello es característico de la sensibilidad del Barroco, que huye de las formas clásicas, de invención humana, y se emociona con las formas llameantes y las visiones de la muerte, la miseria, el heroísmo y la gloria. La transición de la muerte a la gloria está representada por las escenas de martirio manchadas de sangre. Jamás se hizo una escultura que de modo tan directo se dirija a promover y evocar el sentimiento. Valladolid y Sevilla fueron sus dos grandes focos, aunque es típica de toda España, que sentía entonces una emoción fervorosa ante las exultantes manifestaciones externas de religiosidad.

La escultura religiosa española mantiene una estructura de talleres, muy heredera de los gremios medievales y eso permite una clasificación de la imaginería en dos grandes escuelas: la castellana y la andaluza, ambas realistas pero con importantes diferencias.

 

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